¿Considera que el país
se está cayendo a pedazos? Cree que la culpa de todos los males se
concentra en el chavismo y, particularmente, en el Gobierno Nacional?
¿Cuando oye la música que identifica las transmisiones conjuntas de
radio y televisión quisiera matar a alguien? ¿Está convencida o
convencido de que todo el mundo anda de malhumor porque no aguanta “la
crisis”? Posiblemente usted es víctima de la guerra psicológica.De guerra
psicológica han hablado psicólogas y psicólogos bolivarianos. También,
el presidente Nicolás Maduro, quien advierte que lo que hay detrás es
la intención de derrocar el Gobierno constitucional y dar al traste con
la Revolución. Otros sectores que saben que la mente es un campo de
batalla han guardado silencio.
Los psicólogos Ovilia
Suárez y Fernando Giuliani, integrantes del colectivo Psicólogos por el
Socialismo, advierten que efectivamente hay una guerra psicológica
contra el pueblo venezolano, que no comenzó este año pero que se
agudizó a partir de la desaparición física del comandante Hugo Chávez.
El blanco del presente, alertan, es el pueblo bolivariano para crear en
él desánimo y desaliento, pero sin dejar de lado a la población que no
acompaña el proceso socialista. El Correo del Orinoco ofrece 20 claves
para entender qué sucede.
1) ¿Qué es la guerra
psicológica?
R. “Una guerra
psicológica no es lo mismo que una guerra militar. Pero cuando decimos
guerra es porque tiene un objetivo de ataque a un blanco. Esto hay que
diferenciarlo, de una vez, de lo que sería una confrontación política
de alta intensidad”, explica Giuliani. “La guerra tiene como elemento
exclusivo atacar a un blanco, que en este caso son muchas cosas”.
Otro elemento que la
caracteriza es que está planificada; es decir, “son estrategias que
tienen un objetivo y están planificadas”; hay gente detrás que
desarrolla “todo un conjunto de recursos, estudiando la
situación, movilizando un conjunto de recursos” hacia ese objetivo.
El psicólogo añade que
esta forma de guerra apunta a la mente: “El escenario es la mente, y
vamos a entender por mente muchas cosas: es la mente individual, pero
también podríamos llamar la mente colectiva, las representaciones
sociales, las actitudes, las relaciones sociales en todo los
imaginarios, las emociones, los pensamientos”.
El analista sostiene
que hay evidencias muy claras de la guerra psicológica en Venezuela;
por ejemplo, “es evidente un manejo planificado del rumor, planificado.
Es evidente un manejo planificado de un tipo de información claramente
apuntando hacia objetivos muy concretos”.
Los medios de
comunicación “son instrumentos evidentes de esto”, y basta la revisión
de titulares de periódicos y de programas de televisión para ver “que
empiezan a aparecer patrones”. Todos dicen lo mismo, con un objetivo
fundamental: “generar inseguridad psíquica; generar incertidumbre,
generar estados de alerta que no se corresponden con la realidad”. El
psicólogo pone el ejemplo de la influenza AH1N1: “hubo, por lo menos,
tres semanas en las que permanentemente los grandes titulares de los
periódicos tradicionales hablaban de eso; siempre hablaban de eso. La
radio hablaba de eso y la televisión hablaba de eso.
El desabastecimiento: todos los días se comienza a hablar del
desabastecimiento”.
2) ¿En qué se
diferencia un hecho real de la guerra psicológica?
R. Hay características
muy concretas, refiere Giuliani. Quienes dibujan un país en ruinas
“nunca terminan de decidir, de demostrar fehacientemente lo que ellos
están diciendo”. Retoma el ejemplo de la influenza AH1N1, porque se
presentó ante el país como si hubiese sido una epidemia terrible pero
poco se informó acerca de las acciones del Gobierno para atacarla.
“Los medios subrayan y
destacan lo negativo, lo peor que puede ocurrir. La duda es siempre
hacia lo peor. Y siempre te generan la sensación que no se está
haciendo nada al respecto y de que la cosa se va a poner peor”. Son
“medias verdades”, que se basan en cosas “que efectivamente pasan”,
como la corrupción y la inseguridad.
3) ¿Cuál es el rol de
rumor en esta estrategia?
R. Ovilia Suárez
agrega que el instrumento perfecto para la difusión de estas supuestas
informaciones es el rumor. “Y el rumor siempre parte de una acción, de
un cuento, de una referencia que es real. Es real entre comillas; es
decir, parte de un referencial que te permite creer que es real, bien
sea porque tu lo viviste o porque tu vecina lo acaba de ver, o porque
tu cuñado estaba allí cuando pasó. Siempre te lo van a contar como que
si algo de tu realidad estuvo presente. Es decir, no es que me lo dijo
cualquiera; es que estaba allí mi amigo, mi tío, mi sobrino”.
Al ser “creíble”
cualquiera lo transmite, porque “partes de la buena fe, partes de que
es algo que está pasando. ¿Qué ocurre con el rumor actualmente? Que
están todos los medios y redes sociales que lo transmiten masiva e
inmediatamente”.
Es decir, “ya no es un
rumor que me dijo Fernando, sino que pasó por Twitter a 2 millones de
personas simultáneamente”.
4) ¿Qué hacen los
medios de comunicación?
R. Los medios, subraya
Suárez, “son los nuevos ejércitos de su nueva guerra. Es decir, ya no
son hombres que van a combatir cuerpo a cuerpo, hombre con hombre,
mujer con mujer; no van a utilizar ni aviones ni tanques ni
ametralladoras. Utilizan los medios de comunicación, las
telecomunicaciones, las redes sociales como parte de una planificación.
“Son grupos que lanzan rumores y grupos que crean situaciones,
que refuerzan la posibilidad de que sea veraz”, acota. “Vas a ver
siempre, entonces, en un supermercado, en un banco, en el Metro, en un
carrito por puesto, gente que comienza a contarte una historia que
puede ser fuera del contexto, especialmente sobre algo emocional”.
A ambos psicólogos les
parece que no es producto del azar que haya grupos que, en diversas
zonas del país, hablen sobre los mismos temas. “Llama la atención la
similitud de los cuentos en diferentes escenarios”, así como también
“cómo se argumenta, cómo se empieza por una cosa y se termina en el
punto álgido del momento; en el caso de los supermercados, en no
encontrar una cosa”, señala Giuliani. Hay otros sectores que, sin
saberlo, se convierten en cómplices de eso. “Y siempre hay alguien
grabando lo que pasa allí, que sale en Youtube o en Internet; es decir,
son situaciones que van a reforzar principalmente la emocionalidad que
está sembrándose dentro de la guerra psicológica”.
El modelo
comunicacional con el que se trabaja es el de la incertidumbre,
sentencia Suárez. “Es decir, tiran una noticia y no importa si es
verdad o mentira. Tampoco importa quién la lanzó, porque lo importante
es que te genera dudas, y la duda está asociada con que no sabes qué va
a pasar”.
5) ¿Qué se busca?
R. Esa incertidumbre
que generan “destapa otras emociones como la angustia, como el miedo,
como el pánico, como la rabia”, enumera Suárez. Son sentimientos
negativos “que por un lado son más difíciles de eliminar, de combatir,
y que por otro son de mucha mayor fuerza que los positivos. Entonces,
al crear sentimientos negativos de tal intensidad, la gente está en un
momento a punto de la desesperación o desesperada”.
Al llevar a la
población a ese estado “la gente está dispuesta a buscar cualquier cosa
que le permita salir de la situación”, lo que lleva a las personas a la
confrontación y a emprender cualquier acción -violenta inclusive- para
salir del “gran caos”.
La psicóloga agrega
que ese casos tiene algo de cierto en lo individual, porque
“emocionalmente estás desestructurado”, pero en la vida social no es
cierta esa desestructuración.
6) ¿Se acentuó la
guerra con la muerte del comandante Hugo Chávez?
R. “Totalmente”,
responde Giuliani. No obstante, el experto remite a la campaña contra
el comandante Hugo Chávez, que comenzó mucho antes de que asumiera la
Primera Magistratura. Muestra de ello es el audio trucado en el que
supuestamente el Comandante amenazaba con freírles las cabezas a los
adecos, difundido en 1988, que posteriormente se descubrió que era un
montaje. El psicólogo identifica la persistencia de los grupos de poder
en mantener “esa desinformación permanente”, y estima que eso “hizo su
trabajo”. Alimentó, además, “el temor ancestral que se le tuvo aquí a
la izquierda toda la vida, aquí y en toda Latinoamérica”. Los
sentimientos que se atizan “no te predisponen al encuentro ni al
diálogo”.
El psicólogo aclara
que es sano sentir miedo, pero alerta que, cuando te lo manipulan de
manera prolongada, hay un gran peligro. “¿Por qué son peligrosos?
Porque son sentimientos y pensamientos que tienen un alto contenido
irracional. No es porque sea producto de un loco; lo que pasa es que
nosotros tenemos miedos, y los miedos no son tan fáciles de
identificar. Le tenemos miedo a cosas difusas, ante lo cual
el razonamiento sereno, ponderado, tiene que actuar durante mucho
tiempo para poder contrarrestar”, reflexionó.
Uno de los problemas
que identifica es que buena parte de la población no cree que esto
existe, y mucho menos, que hay gente organizada para preparar esas
condiciones.
7) ¿Cuáles son los
blancos de la guerra?
R. El blanco
primordial, en este momento, es el chavismo, alerta Giuliani. “La
muerte del comandante Chávez le abrió a la vanguardia de esa oposición
derechista, más todos sus grupos aliados, la oportunidad de dividir el
chavismo”. ¿Qué hace la guerra psicológica contra el chavismo? “Genera
inseguridad. Inseguridad ¿respecto a qué? De la intencionalidad de los
distintos líderes, sobre todo del presidente Maduro; el sentido de la
unión que tiene el proyecto chavista, el temor de que muerto Chávez
esto se acabó, porque ese fue el discurso que siempre tenían los
opositores”.
Para ello “se están
apoyando en una cosa que es verdad, que es el impacto psicológico y
afectivo fuerte que ocasionó la muerte del Comandante” y el duelo
posterior. La pregunta lógica de cómo darle continuidad a la Revolución
“te abre una vulnerabilidad que te hace pensar en cosas que seguramente
tu no hubieras pensado”.
–¿Por ejemplo?
–La guerra psicológica
te hace pensar en que esto puede terminarse, te hace pensar en si podrá
Maduro con la Presidencia de la República. Por ejemplo, te puede llevar
a preguntarte: “¿Él sabrá gobernar como gobernaba mi Presidente Chávez?
¿Él sabrá lidiar con los problemas que tiene el país?”.
8) ¿Es solamente el
pueblo chavista el objetivo?
“El blanco fundamental
es el chavismo, pero no el único. Y ¿qué quieren generar ahí? Es la
división a partir del temor, a partir de la inseguridad desde el punto
de vista mental. Pero sigue siendo un blanco importante el resto de la
gente que no apoya el proyecto bolivariano”, puntualiza Giuliani.
Hacia el sector que no
comparte la Revolución la estrategia se dirige a intentar cohesionar a
la gente en torno a lo mismo: Hacerle creer que el chavismo “es lo peor
que le ha pasado al país, que es lo más corrupto, que son ineptos, que
es una gente inescrupulosa y capaz de hacer absolutamente cualquier
cosa”. Tal como lo subraya Giuliani, “están realmente y lamentablemente
convencidos de que efectivamente esto no sirve absolutamente para nada;
estos rumores y el discurso persistente siempre apuntan “a lo inepto
que es el chavismo; lo inescrupuloso que es el chavismo, lo corrupto
que es el chavismo, y cuando digo chavismo esta guerra psicológica lo
plantea de manera tal que no hay excepciones”.
A estos sectores les
cierran la posibilidad de pensar que hay gente honesta y capaz en el
chavismo, y que el Gobierno está haciendo algo bueno, sentencia el
psicólogo. “Y, ¿cómo lo logran? Primero, por la persistencia, porque
han mantenido 14 años ese discurso; y segundo, por el bombardeo
permanente, que no te da oportunidad de reflexionar”.
9) ¿Cuáles son los
sectores más vulnerables?
R. En estos momentos
“los ataques van a todas las poblaciones, con distintos tipos de
municiones y mensajes”, expresa Suárez.
Con las y los jóvenes
se insiste en que no tienen futuro, que deben irse del país. “Hay una
matriz sistemática, que es la de la fuga de cerebros para que la
juventud sienta que estudie lo que estudie no tiene esperanza ni futuro
en Venezuela”, comenta. Eso no solo afecta a las y los jóvenes, sino a
las familias, porque entran en juego el desarraigo y los vínculos
emocionales, así como el temor “de que esos vínculos se rompan”.
Con las mujeres se
quiere sembrar la idea de que no pueden garantizar la alimentación de
su hogar, que no son libres de comprar lo que quieren. “Tiene que ver
con el rol de las amas de casa que no consiguen, que no pueden
sustentarse; que no pueden tener la libertad de hacer lo que realmente
quieren hacer”.
Con las adultas y los
adultos mayores la estrategia es crear el pánico de que pueden morir,
por ejemplo, porque no van a tener sus medicinas a tiempo en los
próximos meses.
“Están manejando los
temores más importantes de cada uno de los sectores”, manifiesta. “En
las adultas y los adultos mayores es el riesgo a morir; en los jóvenes,
el riesgo al futuro; en la ama de casa, el no tener el control ni la
posibilidad de dar, de compartir, de pertenecer, de agrupar, de tener
lo que tienes que tener”. La fractura de la convivencia familiar, en
consecuencia, afecta a las niñas y a los niños.
10) ¿La historia
acerca de la partida de nacimiento del presidente Maduro forma parte de
esto?
R. La historia acerca
de la partida de nacimiento del Jefe del Estado es un buen ejemplo,
apunta Giuliani. “Dicen que el Presidente es colombiano, pero no tienen
cómo demostrarlo. ¿Qué quieren generar con eso? En la población en
general ellos quieren generar la duda. Si lo analizas fríamente eso no
resiste el menor análisis, porque cuando el Presidente fue a inscribir
su candidatura al Consejo Nacional Electoral él tuvo que llevar su
partida de nacimiento. Pero eso no hay tiempo de reflexionarlo porque
la gente recibe esa información, y el cerebro y los dispositivos
sociales tienen una particularidad: tienden a completar la información
que no está completa. Todos lo hacemos”.
El analista recurre al
cuento del teléfono para ejemplificar lo que sucede: cómo, del cuento
de una vecina que supuestamente llegó tarde a su apartamento, se llega
a la historia de la vecina que estaba con otro hombre y tuvo un lío en
la entrada de su vivienda. “Como persona lo empiezo a completar, pero
siempre lo completo en la vía donde tuvo el origen; si el rumor viene
con algo negativo, yo lo vuelvo cada vez más negativo. Y luego, se le
suma, a la naturaleza del cerebro, una particularidad que tienen los
circuitos sociales, que le llamamos la ‘presión a la inferencia’; tu
estás en una cola y a lo mejor no tienes ganas de hablar, pero si la
gente empieza a hablar, entonces hablas y también le agregas; luego vas
a un bautizo, y todo el mundo empezó a hablar y dice que hay un
problema con el abastecimiento, y que dos mujeres se pelearon por una
harina de maíz”.
El rumor, reporta,
“empieza a tener vida propia”, aunque carezca de fundamentos. El 14 de
abril, al término de las elecciones presidenciales, el candidato
opositor, Henrique Capriles, dijo tener otros números, recuerda
Giuliani. “Más nunca se volvió a hablar de eso, pero decir algo así
tuvo un gran poder, porque fue hablarle a un pueblo crispado que venía
además con la idea de que el CNE no servía”. Poco importa si Capriles
tiene o no cómo probar lo que dijo; echó a correr la idea y nunca lo
desmintió.
11) ¿Los rumores son
sometidos a la prueba de la realidad?
R. No. “Nunca estos
medios, estos voceros y estos rumores son sometidos a la prueba de la
realidad”, que es la contrastación entre lo que se dice y lo que sucede
en los hechos, lamenta Giuliani. Precisa también que no es solo una
guerra “muy bien planificada”, sino “una franca manipulación y una
mentira burda”. Así “es muy fácil si yo digo: ‘yo tengo otros
resultados’, como hizo Capriles, cuando realmente no los tengo.
Y total, nadie me va a pedir cuentas de eso, y yo ya lo dije”.
El caldo de cultivo se
va preparando desde meses y años antes. “Si lo siembras hoy y empiezas
hoy nadie te lo va a creer, pero dentro de un año de preparación
sistemática del terreno vas a creer cualquier cosa”, dictamina Suárez.
12) ¿Qué se busca
crear contra el Mandatario Nacional?
R. Los responsables de
esa guerra psicológica “no solamente tienen que dividir o hacer creer
que hay divisiones internas en el chavismo, sino bajar la credibilidad
en el liderazgo de la Revolución” y en el propio proceso, analiza
Suárez. Por ello al presidente Maduro lo intentan presentar como
“mentiroso”, para que la gente no crea en lo que él plantea. “Todo
aquello que apunta a que lo que diga el Presidente es mentira, lo van a
hacer psicológicamente”. Hay estrategias para ello, añade: por ejemplo,
tal vez no se dice nada sobre la inseguridad, pero si el Jefe del
Estado habla hoy sobre el tema, mañana “los medios de
comunicación reseñan los actos más violentos, más horrendos y más
espantosos que te puedas imaginar”.
Una cosa es la
realidad, y otra es la percepción de la realidad, argumentan
–¿Cuál es la
percepción en este momento, en este contexto?
-Cuando tu vas hacia
la percepción de la realidad es para crear, justamente, la ilusión del
caos; la certeza de que hay un caos.
-¿Cuál es la
percepción del país en este momento? ¿Caótica?
-Caótica. Es decir,
aquí ahorita -según esa percepción- hay desabastecimiento, hay
ineficiencia, hay descontrol. Y todo aquello que te genere el
descontrol lo van a estimular.
¿Hay una destrucción
planificada de la imagen del Presidente?
-Claro.
La hubo, abiertamente,
contra Chávez, describen los psicólogos. Al líder bolivariano lo
sometieron a la muerte moral y han usado su imagen para cualquier
manipulación; prueba de ello es la grabación que circuló hace algunas
semanas con una falsificación de su voz.
Ahora, los que están
detrás de la guerra psicológica toman lo que dice el Mandatario para
descalificarlo inmediatamente. Por ejemplo, “si crea Corpomiranda para
poder paliar todos los problemas de Miranda, al día siguiente hay un
titular: ‘Eso va a ser la misma ineficiencia, la misma burocracia, un
medio de corrupción’. Es una reacción inmediata para que la gente asuma
que lo que haga el Presidente siempre será un fracaso”.
El denostar del líder
permanentemente pretende, también, que el pueblo chavista no se
aglutine en torno a su liderazgo; es por ello que se le atribuye todo
lo malo.
13) ¿Qué rol cumple el
uso de símbolos del chavismo por parte del antichavismo?
R. Uno de los
objetivos es aumentar la confusión, enfatizan los psicólogos. Se quiere
hacer creer que, ante la supuesta incertidumbre del chavismo, existe la
certeza de que la oposición tiene algo mejor que ofrecer.
También, con el robo
de algunos símbolos, como la gorra tricolor, “están queriendo robar o
queriéndose apropiar de concepciones” que unieron a las grandes
mayorías, como la patria, la independencia, los valores, la cultura.
“Cuando esos sectores se empiezan a apropiar o quieren apropiarse de
algunas cosas, vuelven a desunir”. Los que dirigen la guerra “juegan
mucho con el marketing que apunta al descrédito, a la descalificación
de los líderes bolivarianos, y por otro lado al posicionamiento de los
liderazgos del antichavismo”.
De acuerdo con
Giuliani, “han jugado a apropiarse de algunos conceptos del
bolivarianismo, del chavismo, del socialismo, de la izquierda, para ir
atrapando y confundiendo a algunos sectores”.
–¿A sectores dentro
del chavismo, ¿no?
-Sectores dentro del
chavismo, sectores que son indecisos.
14) ¿En qué se hace
evidente el caos que intentan sembrar en la mente de la gente?
R. “En el tipo de
conversación que la gente sostiene; en las conversaciones cotidianas
entre las personas”, revela Giuliani. “Las conversaciones están
plagadas de este tipo de problemas que van junto con interpretaciones.
Es decir, la gente no solamente dice: ‘tenemos problemas de
desabastecimiento’, sino ‘tenemos problemas de desabastecimiento porque
tal y tal y tal. Ahí lo ves, evidentemente”.
El psicólogo explica
que, además, esto va acompañado de verbalizaciones irracionales, sin un
análisis certero de lo que las personas viven realmente. Otro ejemplo:
“Vas todos los días a cualquier lugar y te atienden con cariño, pero un
día te atendió una persona mal en uno de esos espacios y la cosa se
convierte en que ‘todo el mundo está angustiado, todo el mundo tiene
rabia’, aunque no sea cierto”.
Se fundamenta,
también, en “la visión muy parcelada que tuvo por mucho tiempo la gente
de clase media, que se ha negado sistemáticamente a reconocer que hay
otros espacios del país y siente que el mundo puede estar muy
circunscrito” a su entorno; en ese entorno no caben las personas que
piensen diferente.
El psicólogo, en su
análisis, no deja de lado los prejuicios. “Si eres una persona que
siempre has pensado que los pobres son indolentes, que los pobres son
indisciplinados, que los pobres hay que arrearlos, que a los pobres
cualquiera los encanta porque no les da la cabeza”, y la matriz de
opinión contra la Revolución sostiene que Chávez es “un encantador de
serpientes”, seguramente lo vas a creer. “En tu cabeza,
en consecuencia, no cabe el concepto de un pueblo organizado”.
15) ¿Cuáles son las
armas que utiliza la guerra psicológica?
R. Giuliani cita un
modelo en psicología social, “que tiene que ver con la influencia
social” y que remarca “lo que debes hacer para influir cuando tienes
una opción que no es la mayoritaria”. Cita varios elementos: “Tienes
que ser insistente y persistente; tienes que estar todo el tiempo
diciendo lo mismo; tienes que ser consistente con lo que dices y tienes
que ser resistente frente a la prueba de la realidad; es decir, si
te emplazan a que des prueba de eso, descaradamente cambias el tema y
sigues hablando. Eso se llama la resistencia psicológica, o lo que en
términos coloquiales alguien definiría como “un tipo muy descarado”.
¿Cuál es el efecto que
causa? “Esas tres cosas combinadas te abren una brecha de dudas” por
las que puede penetrar todo lo demás, alerta.
Este modelo no es malo
per se. El psicólogo señala que se puede usar para cambiar la visión de
la población sobre el trasplante de órganos, por ejemplo, a fin de
aumentar la donación y ayudar a salvar vidas.
16) ¿En qué momento la
guerra psicológica se convierte en una guerra física?
R. La vanguardia del
antichavismo pretende que así sea, advierte Fernando Giuliani, quien
cita lo ocurrido el 11 de abril de 2002 en Puente Llaguno, con una
masacre montada para intentar justificar el golpe de Estado contra el
comandante Hugo Chávez, y suma la marcha convocada por el antichavismo
para el 17 de abril de este año al Consejo Nacional Electoral. Esa
movilización, prohibida por el Mandatario Nacional, pudo haber
concluido en un enfrentamiento de pueblo contra pueblo: “Lo que se
estaba buscando ahí es que se produjera una confrontación”, pero
afortunadamente el Jefe del Estado impidió que la protesta se efectuara.
“Basta con que haya
una confrontación aquí” para promover la ocupación del país por parte
de fuerzas externas, argumenta. Recuerda lo sucedido en Chile en 1973,
cuando la dirigencia de la Fuerza Armada decidió dar un golpe de Estado
contra el Gobierno constitucional para poner fin al supuesto caos
creado por la derecha. “En Chile generaron una necesidad de cambio” que
quieren replicar en Venezuela, remarcó.
17) ¿Cuál es el
objetivo final de la guerra psicológica?
R. Sembrar en la
población la “necesidad del cambio”, y que la mayoría de las personas
piensen que cualquier cosa es mejor que “el desorden” en el que
supuestamente viven. De allí al derrocamiento del Gobierno Nacional
habría un paso, según lo piensan sus promotores.
Se espera “volver a
una normalidad que no es real: es la normalidad de los valores de la
burguesía, es la normalidad de los valores y la naturalidad del sistema
capitalista o del imperialista”, acusa Suárez.
18) ¿La guerra
psicológica es infalible?
R. No, responde
Giuliani. Hay mucha gente, especialmente en el chavismo, que “poco a
poco va recuperando una capacidad de lectura crítica, y eso no hay que
subestimarlo”, porque la guerra psicológica “no es infalible”.
El psicólogo rememora
que entre 2001 y 2002 el pueblo fue sometido a una gran presión por
parte de estos sectores, que incluyó la resurrección de la operación
Peter Pan (el “régimen” se apropiaría de hijas e hijos y las familias
debían sacarlos al exterior). Suárez apunta que en algunas zonas de
Caracas se llegó al punto -entre los años 2002 y 2005- de tener aceite
caliente para lanzarlo contra “los chavistas”, así como hielo listo en
la congeladora con el mismo fin. “La crisis fue muy fuerte desde el
punto de vista emocional y el pueblo resistió con una lectura crítica,
y claro, teniendo claro hacia dónde iba”.
Por ello, “si hay un
pueblo que ha dado ejemplo en el mundo de resistencia frente a la
guerra psicológica y los medios es el venezolano”, reivindica Giuliani,
porque cuando Chávez nació como candidato no tuvo prensa a su favor:
“Fue sometido a la campaña más loca y feroz que hubo en la historia de
nuestras elecciones, y ganó”.
19) ¿Cuál es el
antídoto contra la guerra psicológica?
R. La conciencia
política del pueblo ha crecido mucho, aseveran los expertos. “Ha habido
una historia muy reciente y muy cercana, con unos criterios de
identificación plena con un líder” que permite poner en duda lo que
sostienen los medios de comunicación y la campaña de la derecha.
No obstante, afirmó
Suárez, la vulnerabilidad aumenta cuando la población no tiene, si cabe
el término, las “antenas” preparadas para captar que hay algo
irregular, como sucede con las historias de las telenovelas. “En la
novela no te van a manejar noticias directas, sino símbolos
imaginarios. Es decir, si en todas las novelas o en todas las series
que nosotros vemos comienza a manejarse el miedo, comienza a manejarse
la incertidumbre, la desesperación, la injusticia, te quedas con esa
emoción” que conectas cuando vas a un supermercado y falta la leche,
describe.
20) ¿Cómo pueden las
personas protegerse de la guerra psicológica?
R. “La herramienta
primordial para las personas protegerse es la organización”, responden
al unísono. Ello implica, entre otras acciones, “la creación de las
brigadas antirumores, que te permitan constatar la veracidad de la
información”, proponen.
El Estado debe
garantizar información veraz de manera sistemática, destacan, porque de
lo contrario se imponen las mentiras. En este sentido también
consideran importante sancionar a quienes hayan generado caos con las
supuestas “informaciones”.
Para Giuliani y Suárez
es fundamental que haya “una altísima cohesión dentro de todo el pueblo
chavista organizado, porque ese es el blanco primordial al que están
apuntando”. Ambos insisten en que cada quien puede continuar con su
pensamiento e ideología si así lo estima pertinente, pero remarcan que
no por ser de oposición se debe perder el sentido crítico ante la
realidad.
(Tomado de Correo del
Orinoco, Venezuela)